Tras la vaga pena que
agobia mi alma
Está tu recuerdo que acecha
mi mente
Está tu mirada que guía
mis pasos
Y oigo tu voz que gime
inocente
Dejando en los hijos el
dócil murmullo
Que forma mil ecos del
ser que se amó
De la Diosa hermosa que
prendió en sus lazos
Sueños de una madre
serena y laudable
Que sembró en penumbras
poemas de amor
Con triste premura
pregonan los años
Y el tenue recuerdo se
convierte en llanto
Las rosas del alma sus
lágrimas vierten
Porque su sonrisa
bordada de amor
Ha dejado en mí vestigios
ardientes
Que llevo latentes en
mi corazón
Silencio… Piedad…
Oración… Silencio
Se oye en las campanas
funesto llorar
El asedio santo donde
reposas
Está iluminado de
sensata paz
De mis labios mudos se
escapa un dilema
Tú estás como el ángel
que a mí me acompaña
Siento tu existencia
sin mirar tu faz
Siento tu tristeza del
niño caído
Que al pasar un hombre
lo deja detrás
Y sigue su rumbo sin
aspiraciones
Porque el niño aquel no
tiene mamá
Hoy día de las madres
vengo a meditar
Bajo el rostro de la
soledad
Sobre tus bondades y tu
santidad
Y tan sólo un minuto
quisiera evocar
A la madre perfecta que un día
Se marchó por siempre a
un nido inmortal
Dejando en mi alma
dibujado un nombre
Que es al mismo tiempo
un canto de paz
Donde se complace toda
melodía
Al decir tú nombre
querida mamá.
Autor: María
Auxiliadora Gómez. SUBLIME LENGUAJE DEL
ALMA (2002)
Twitter: @mariaauxig
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